Como cada año los «calices», nuestros emigrantes más antiguos, junto con golondrinas y vencejos, acaban de sacar las polladas, ya completamente vestidos, los nuevos pollos esperan a sus padres al borde de los nidos o en sitios próximos a él, que los proveen de abundantes presas. Hacen sus primeros vuelos y a veces arrebatan las presas a sus padres en pleno vuelo.
Este año he elegido un par de nidos. Uno asentado en el tajo del Lizón (ya típico sitio) y el otro en una de las pocas casas de piedras sin revestir, de las que solo encalaban alrededor de las pequeñas ventanas hasta donde alcanzaba el brazo (antaño abundantes en calles como Vilchez y Alta, y de las que ya solo quedan dos fuera de La Villa). En estas quedaban agujeros donde se ubicaron las vigas de madera para los andamios, lugares que aprovechaban para anidar.
La verdad es que cada vez va quedando menos sitio para anidar y los agujeros previstos en la Torre, antes uno de los sitios preferidos, parece que no les atrae mucho, quizás por el constante trasiego de visitantes en época de cría, que hasta se suben en el borde cerca de estos agujeros.
Observarlos mientras los padres los alimentan es todo un espectáculo. Ya desde lejos, los pollos distinguen a sus progenitores de otros cernícalos y comienzan el chillerío y las luchas por posicionarse. Las presas son de gran variedad: lagartijas, cigarras, saltamontes, topillos, ratones, ciempiés, etc.
Coger la presa el primero no les garantiza el éxito, luego hay peleas por ella, a veces tan violentas que caen todos hechos una maraña de picos y plumas. Gracias a que pueden volar algo recuperan de nuevo su sitio. En la época del plumón es fácil que alguno caiga del nido y no pueda volver. Cuando eramos pequeños, muchos niños recuperábamos estos caídos en desgracia y los criábamos con pitracos que recogíamos en la plaza de abastos.
He aquí una representación de estos momentos y de como se integran en el pueblo, a la vez que pasan casi desapercibidos entre los habitantes y quienes nos visitan.




























Un interesante y bonito reportaje de algo muy relacionado con Setenil. El Cernicalo Primilla.